Nunca he sido partidario de escribir en caliente, con muchas cosas en la cabeza y sin ordenarlas ni analizarlas, pero por una vez haré una excepción.
Por segundo año consecutivo (y no será el último) he sido abonado al Real Madrid de Baloncesto, y lo que me hicieron sentir, sobre todo hasta el mes de enero, es algo que JAMÁS olvidaré. Nunca. Ya lo reflejé en una entrada anterior del blog, pero lo que hoy os quiero contar son mis sensaciones después de la derrota en el Palau de hace poco más de una hora y que cierra nuestra temporada.
Desde el 18 de Mayo (día ya maldito para el madridismo) hasta hoy, 26 de Junio, hemos perdido dos finales. La primera, en Milán, y el objetivo para el que este equipo estaba construido y para el que se preparó todo el año. La segunda, hoy en Barcelona, directamente influenciada por lo ocurrido en Milán y las consecuencias de la derrota ante el Maccabi.
Desde fuera, justo dos días después de perder la Euroliga, tuve la sensación cuando acudí al Palacio para el partido contra el Guipúzcoa Basket (en las buenas y sobre todo en las malas siempre con este equipo), de que el equipo se derrumbaba. Ver a nuestro capitán, a Felipe Reyes, a punto de llorar en varias ocasiones me llegó mucho y consiguió emocionarme. Quizá fue el que más liderazgo asumió tras el palo de Milán, y quizá también ha influido en su rendimiento en esta final.
El equipo consiguió sortear los obstáculos hasta la final, sufriendo en Zaragoza y Málaga, y antes de la final, estoy seguro que pese al cansancio físico se conjuraron para acabar esta grandiosa temporada de la mejor manera. Pero el bajón defensivo, sumado al físico fue clave en el primer partido. En el segundo se jugó mejor y se ganó, pero el martes en Barcelona nos arrasaron.
Hoy, luchando contra todo y contra todos, hemos estado muy cerca de forzar el quinto partido en el Palacio, pero no ha podido ser y el Barcelona se ha llevado la Liga (felicidades para ellos, título merecido sobre todo en esta final).
La consecuencias de Milán han afectado al equipo en este último mes de temporada. Periodistas que siguen muy de cerca al Real Madrid y de cuyas informaciones me fío, afirman que se empezaron a abrir grietas en el vestuario, los egos se impusieron al bien común y la falta de autocrítica terminó sentenciando a un equipo, y quien sabe si también al entrenador.
Mención aparte merece el tema Pablo Laso. Un entrenador que con un estilo de juego ha ilusionado a una afición desencantada con el equipo, que ha llenado el Palacio muchas veces este año y que como dice el gran Antoni Daimiel, ha convertido al Real Madrid de Baloncesto en una de las ofertas de ocio de la capital, algo impensable hace 5 años. Sin embargo, muchos tenemos la sensación de que los 5 títulos en tres temporadas pueden no servirle para seguir en el banquillo blanco, algo que yo, personalmente, no comparto ni entiendo. ¿Se han perdido dos finales de Euroliga? Sí, pero ¿cuántos años llevábamos comiendo mierda por Europa?c(perdón por la expresión). Soy de la opinión de los que prefieren perder dos finales seguidas de Euroliga que ganar un título y estar 15 años sin volver a una Final Four.
El camino y el proyecto están ahí, desmontarlo sería una error histórico. Tarde o temprano, las cosas llegan. La única forma de ganar títulos es estar año tras año en la pelea final, de esa manera algún año se alcanza la gloria.
Parece que al señor presidente del club, que tanto se pavonea de apoyar al equipo, le costó mucho pagar 180.000 euros por un sustituto para Carroll cuando se lesionó en febrero, pero bien que luego es el primero en bajar a la pista para darse un baño de masas. Además de la posible destitución de Laso, habrá que ver si no reduce el presupuesto de la sección, como el año pasado. El Madrid ronda los 20K de presupuesto, mientras que el Barcelona llega a los 28K, que en baloncesto no garantiza títulos pero sí permite tener una plantilla larga para hacer frente a las lesiones y rotar.
Desde este pequeño blog, MUCHAS GRACIAS PABLO LASO por volver a ilusionar a una afición que durante los últimos tres años ha crecido y creído como nunca en este equipo. Pase lo que pase, y sigas o no en el club, eternamente agradecido por tu trabajo y por el de todo tu equipo técnico.
P.D. 1: Cuando revise mañana este post me daré cuenta, muy probablemente, de los errores en la redacción. Perdón si son muy graves y gracias por leerlo.
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