El piloto asturiano, en la rueda de prensa que ofreció tras su abandono en la primera curva y sin esperar a confirmar la nueva victoria apabullante del alemán (recordó a los soporíferas carreras de 2011), le dio un palo a su equipo, afirmando que llevaban seis carreras sin mejorar el coche mientras que el resto de sus rivales si lo habían hecho. Esa misma semana, y antes de su abandono en Suzuka, Alonso declaró que le parecía imposible pensar en ganar el Mundial con el coche que tenían.
El problema de Ferrari se remonta al año 2007: tras lograr el Mundial con Kimi Räikkönen, la escudería de Maranello no ha vuelto a ganar el Campeonato. Para el equipo más laureado de la historia de la F1 es un fracaso; es cierto que en 2008 se quedaron a una curva de ganar el título con Felipe Massa y en 2010 perdieron el Mundial por una mala estrategia en la carrera final de Abu Dhabi, pero en estos problemas hay dos nombres propios: Jean Todt, ex-director del equipo italiano y actual presidente de la FIA (dejó el equipo en 2008) y Ross Brawn, el ingeniero con el que Schumacher consiguió sus cienco Mundiales consecutivos, y que en 2009 consiguió ganar el Mundial de calle con Jenson Button gracias al famoso difusor soplado (abandonó la Scudería en 2006).
Ross Brawn y Jean Todt durante su etapa en Ferrari |
Al principio del año el nivel mostrado por el Ferrari era preocupante, y los daños se minimizaron gracias al pilotaje del asturiano. En las carreras europeas, el equipo italiano sí dio un salto importante gracias al cual Fernando ganó tres carreras y se colocó líder del Mundial. Sin embargo, tras el parón veraniego, Alonso abandonó en Spa y Suzuka y salvó los muebles en Monza y Singapur con dos terceros puestos. En la carrera nocturna se vio un problema importante del Ferrari, quedándose a casi un segundo de los McLaren y los Red Bull. Si no se hubiesen producido abandonos de Vettel, Hamilton o Webber, el Mundial podría estar casi sentenciado para alguno de estos pilotos, ya que estos equipos han demostrado una mayor regularidad que no se ha visto reflejada con los resultados en la pista.
De cara a estas cinco carreras, parece que sólo un milagro puede hacer que el asturiano gane el Mundial, ya que el Red Bull de Vettel parte como favorito este fin de semana en Yeongam (Corea del Sur), y los circuitos que quedan parecen favorables para el equipo austríaco. Creo que no hay que descartar de ninguna manera al español, que en mi opinión sigue siendo favorito para lograr un nuevo Mundial, pero Ferrari debe dar un paso más y ponerse al nivel de su piloto, que les ha demostrado sobradamente que es el mejor piloto de la actual parrilla, con o sin coche competitivo.
Termino con cinco claves que pueden marcar el final de temporada:
- Red Bull ha sufrido varios problemas de fiabilidad esta temporada y podrían repetirse.
- Los motores Renault también han dado problemas.
- El ritmo de Felipe Massa no ha sido malo en Suzuka. A años luz de Red Bull, pero suficiente como para aspirar al podio.
- Ferrari ha dicho que estrenará alguna mejora en Corea, a pesar de que solo hay una semana de plazo.
- Dentro del Ferrari hay un piloto que se llama Fernando Alonso.
Fernando hablando con su ingeniero de pista, Andrea Stella |